Pensamiento Estratégico y Liderazgo
Resumen: Los líderes piensan
estratégicamente; su compromiso es hacia la visión y el futuro de la
organización, no en picar piedra cotidiano. No obstante, una gran
cantidad de líderes, atrapados en el día a día de la empresa, dicen no tener
tiempo para ello. Desean ser un ejemplo de frenética dedicación, horas extras
y, literalmente, amarrarse al escritorio, a la computadora y al teléfono para
mostrar a los demás el esmerado afán que demanda el negocio. Probablemente, su
conducta es errónea; estos líderes, que dejan de lado el pensamiento
estratégico, deberían considerar la matriz de la administración del tiempo y
sus vertientes “urgente” vs. “importante”.
Un
estudio, conducido por el Grupo Radicati, estableció la siguiente
contradicción en la conducta de diez mil líderes entrevistados. El 97% indicó
tener un enfoque estratégico para la conducción de la empresa y afirmó que era
el rasgo de liderazgo vital para ello; sin embargo el 96% respondió no tener
tiempo para pensar estratégicamente, debido a estar abrumados con las tareas
diarias de la carpintería empresarial. Es evidente la existencia de una
contradicción en ello; una inconsistencia declarada, y significativa, entre los
objetivos enunciados y las acciones. ¿Cómo explicarla?
El
enfoque de los incentivos o bonos por productividad puede ser equivocada. La
noción, en economía moderna, es que dedicar tiempo más allá del llamado del
deber – posiblemente, la presión cultural de recorrer la milla extra –
es una condición en la cultura empresarial para asegurar la lealtad de los
colaboradores y la productividad. ¿Incentivo perverso? Hay estudios que
aseguran que no por dedicar largas horas al trabajo se va a ser más productivo;
al contrario, tiende a disminuir la capacidad para alcanzar los resultados que
se esperan.
Otra
noción cultural desacertada, que inhibe que el líder piense estratégicamente,
es el estatus profesional – traducido como éxito - que confiere el estar
ocupado, trabajando siempre. Es cierto, pero no siempre, que el trabajo demanda
y los horarios largos se imponen; no obstante, hay veces en que no pasa de ser
una exageración, una actuación, para buscar recompensas como estatus y
autoestima. Hay que tener sumo cuidado con estos enfoques; pueden ser prácticas
nocivas y contraproducentes. Sin embargo, para fortuna de los líderes, hay
maneras de contrarrestar los efectos de estas presiones.
Pensar
estratégicamente requiere de espacio mental, no de tiempo. Los expertos afirman
que una idea innovadora, o tomar de una decisión crítica, son casi imposibles
sin una óptima libertad psíquica y hasta espiritual. La planificación adecuada,
y la organización efectiva para implementarla, son hábitos incorporados a un
liderazgo estratégico. Las buenas prácticas de planificación y organización resultan
en la apertura de espacios mentales; son excelentes aliados para que un líder
muestre una conducta que privilegia lo importante, no lo urgente.
¿Has probado registrar, cada media hora, durante un mes, cómo utilizas tu tiempo? Puede que te parezca absurdo y que argumentes que vives tu vida, no la registras. Sin embargo, te puede resultar altamente revelador, y valioso, poder entender, apreciar y valorar, adónde se fue todo ese tiempo; qué hiciste, qué actividad o tarea ocupó el alto porcentaje del tiempo utilizado… El resultado de ello puede ser el principio para elaborar una estrategia de cuadro completo para decidir qué actividades puedes fusionar, aplazar, delegar o incluso eliminar.
La expresión: “estoy muy ocupado”, ¿qué tan frecuente es tu argumento para dejar de hacer lo que realmente importa? Hay enfoques más efectivos para el pensamiento estratégico profundo. Según Derek Sivers, emprendedor y autor, estar ocupado es “cuando estás sujeto inevitablemente a la agenda de alguien más”. De esa cuenta, cuando puedes responder que “no estás ocupado, no tienes qué hacer, no debes hacer algo por alguien, eres libre para hacer lo que quieras… ¡tienes tiempo!”… has roto el paradigma y puedes decir no a la lista interminable de sesiones, llamadas, correos... Es, entonces, otra medida de estatus: tener la oportunidad de salir de la locura diaria de trabajo.
La competencia global creciente plantea un desafío: hacer más cada día y ser más productivos. El pensamiento estratégico es una poderosa herramienta para que los líderes no se dejen atrapar, y asfixiar, por este enfoque de “sálvese quien pueda”. Sin acciones reflexionadas, que se vinculan con la importancia del bienestar futuro del negocio, se corre el riesgo de que el pensamiento estratégico sea relegado, de nuevo, a la lista de tareas pendientes. Es una cuestión de tomar conciencia plena sobre el rol vital del pensamiento estratégico en la empresa moderna y reconocer, como líderes, su importancia crítica.
www.educateexperience.com
Elaborado por Francisco Nieves, para EDÚCATE, a partir de una adaptación de: Dorie Clark, If Strategy Is So Important, Why Don’t We Make Time for It? (Harvard Business Review, Junio 2018) https://hbr.org/2018/06/if-strategy-is-so-important-why-dont-we-make-time-for-it?language=es
Excelente artículo
ResponderBorrarCuando no consigues superar la barrera de picar piedra estas condenado a vivir estresado sin beneficio para la empresa o emprendimiento, no tiene beneficio porque al ser una tarea monótona diaria te conviertes un un profesional de eso y cada día te queda más pequeño para hacer más de lo mismo, los equipos necesitan que el líder delegue mientras él se encargue de las cosas que si importan tanto para la organización como para sus colaboradores, como muchas enfermedades mentales esto puede ser producto del temor, el temor a la posibilidad de ser desplazado al transmitir el conocimiento que, según esta persona, es el único valor que la organización encuentre en él, privándose a si mismo y a dicha organización de mostrar otras virtudes o capacidades que pueda tener al enfrentarse a los retos que imponen los objetivos de la organización con ideas innovadoras que solo pueden surgir cuando tenga el tiempo para dedicarse a ello
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