Escogencia de colaboradores idóneos para una transformación ágil. Identificación de los talentos ocultos y otros participantes vitales.

 


Interpretado y adaptado para EDÚCATE por L. F. Nieves V., a partir de

Rob Cross y otros, For an agile transformation choose the right people,

en Harvard Business Review (marzo-abril 2021)


 

Querer ser ágil en la empresa, y serlo, son dos cosas diferentes. A menudo, las organizaciones no logran sus objetivos y se provoca disrupción. La metodología ágil fue creada para ayudar a los equipos a alcanzar objetivos con rapidez, en ambientes erráticos y cambiantes. Sin embargo, la implementación de una transformación ágil puede ser mal gestionada: los plazos críticos son soslayados y el desarrollo del producto se ralentiza. Como resultado, los colaboradores se agotan, el talento clave se pierde y se genera pugna entre los equipos.  

 

Para apoyar la buena implementación de una transformación ágil, los estudiosos han desarrollado una herramienta: el análisis de redes organizacionales. Sirve para mapear relaciones informales y formales en la manera como se da la colaboración en la empresa. Su principal hallazgo: la inefectividad de prácticas tradicionales en la empresa para delimitar, ubicar personal y llevar a cabo proyectos ágiles. La investigación ha revelado los siguientes tres errores comunes que torpedean a los equipos ágiles desde que se inicia la implementación.

 

1.          Los equipos se integran solo con actores estrellas. Cuando sucede, el efecto se percibe en la efectividad del proceso para el cual este colaborador es clave; es decir, el compromiso con su rol anterior se erosiona. Ello provoca que el apoyo del colaborador estrella sea constantemente solicitado, a pesar de su asignación temporal a un equipo ágil. El espectro y cantidad de demandas sobre un colaborador estrella, adicionales a su aporte en el equipo ágil, rara vez es reconocido. Se corre el riesgo de agotarlo debido a la presión a la que es sometido.

 

2.          Se mantiene al equipo ágil apartado del negocio para protegerlo de ser contaminado por el pensamiento predominante. El aislamiento puede provocar que los proyectos no satisfagan expectativas. Un equipo ágil necesita de autonomía para evitar la supervisión e interferencia; pero aislarlos por completo no funciona. Rara vez tiene un equipo ágil la capacidad necesaria para desarrollar y llevar a cabo una nueva iniciativa. Se ve en la necesidad de recurrir a la experiencia de otros actores para: tener un panorama más amplio, comprender los matices de una clientela variada o de otras ubicaciones territoriales, anticipar escenarios cambiantes de la competencia… También es vital que el equipo se vincule con involucrados con poder de decisión en la organización, para ganar tiempo en la solicitud de recursos para implementar los planes.

 3.          Los integrantes de un equipo ágil le dedican el ciento por ciento. Es lógico suponer que se requiera un compromiso total en los miembros del equipo para lidiar con el horario demandante de los cuellos de botella y esprints cortos, y a la vez mantener un enfoque de mira telescópica en las metas críticas. No es de esperar que ello ocurra con todos los colaboradores. La agilidad del equipo se verá beneficiada con el aporte de expertos, pero son tan valiosos que no pueden ser retirados de su responsabilidad cotidiana en la empresa. Son especialistas cuya opinión puede moldear el proyecto; su aporte es vital, pero no tienen que ser asignados al equipo ágil a tiempo completo.

 



Dos principios torales para colocar a las personas adecuadas en un proyecto ágil y definir el rol que desempeñarán.

 

El primero tiene que ver con asignar talentos ocultos a un equipo de proyecto. Se debe resistir la tentación de integrar el equipo con colaboradores reconocidos como estrellas. En su lugar, deben identificarse a los colaboradores de bajo perfil, pero que reúnen las competencias y el talento necesario para desarrollar una iniciativa innovadora. Sobre ellos no se ejercerá mayor presión si se los quita de su quehacer cotidiano. Un beneficio adicional es que estos colaboradores no están muy contaminados con lo mentalidad organizacional asociada a “así hacemos las cosas aquí”; pueden aportar una perspectiva refrescante cuando se busca reinventar el proceso y las prioridades.

 

Para identificar a los talentos ocultos, se utiliza el análisis de redes organizacionales. Esta herramienta analiza métricas – por ejemplo, la cantidad de veces, en la comunicación digital, en la que se menciona el desempeño de una persona - para conocer a colaboradores, y patrones, que normalmente pasan desapercibidos por los líderes y sus sistemas de planificación del personal. Ya en las empresas no sorprende saber que un porcentaje significativo de los aportes innovadores, basados en pensamiento divergente, provienen de colaboradores de bajo perfil que se ubican en la base técnica-operativa de la organización.

 

¿Cómo descubrir el talento oculto? El análisis de redes organizacionales puede realizar referencias cruzadas y obtener información relevante. Procede a plantear dos preguntas: para hacer su trabajo, ¿qué capacidades necesita establecer en las otras personas?; para contar con esas capacidades, ¿a qué persona acude? Si resulta que la persona tiene una carga de responsabilidad mayor, y no puede ser retirada de su puesto habitual, se la puede considerar como consultora externa y recurrir a ella sobre una base no permanente e informal.

 

El segundo principio es identificar los recursos potenciales altamente conectados.

Los proyectos ágiles necesitan insumos provenientes de contactos con experiencia complementaria, que no forman parte del equipo central. Sin embargo, establecer quiénes son y cuándo deben ser consultados es un desafío. El análisis de redes organizacionales puede ayudar a encontrar a tres tipos de contactos críticos.

 

Los intermediarios se sitúan enmedio de los silos organizacionales – unidades del negocio autocontenidas, aisladas, con barreras para la comunicación y la relación con otras áreas -. Su actuación facilita significativamente la difusión de ideas y aceptación de planes. Ayudan al equipo ágil a obtener recursos de difícil adquisición. Su intermediación es valiosa para articular el lenguaje de grupos dispares, por lo que permean ideas a través de la empresa.  

 

Los conectores centrales son colaboradores con una actuación firme y reconocida en sus respectivas áreas o divisiones de la empresa; no ocupan posiciones de liderazgo, pero su desempeño es vital. Sus relaciones de trabajo con pares, personal a su cargo y administradores, en su sector de la compañía, son extensas. Poseen un sólido conocimiento sobre lo que funciona en diversos mercados geográficos o con diferentes estratos de clientes. Es tal la influencia que ejercen que, si un equipo ágil logra el apoyo de un conector central, la red de relaciones de este probablemente lo siga; el proyecto gana así más apoyo y colaboración.

 

Lo opuesto sucede con un conector central escéptico, quien incluso puede torpedear el proyecto. Es tal el valor de un conector central que puede, sin que se note, afectar la velocidad y hasta el éxito de proyectos innovadores. El equipo ágil debe solicitar la intervención de un conector central antes y después de la implementación. Antes, para beneficiarse de su experiencia y comprensión del contexto al que se aplicará la solución ágil; después, para ganar su aceptación, la cual salpicará a los demás.

 

Los expertos del dominio poseen conocimiento sobre la materia que el equipo ágil necesita para superar los desafíos. Su experiencia puede ser científica, técnica, vinculada a aspectos humanos o al proceso de pensamiento de diseño. No obstante, un equipo ágil debe obtener el apoyo de un experto de alto nivel solamente cuando su contribución es indispensable. De nuevo, el análisis de redes organizacionales puede ayudar y evitar que un mismo experto del dominio se convierta en un elemento sobre el cual se ejerce gran presión. Diferentes equipos y proyectos ágiles pueden competir por su apoyo al mismo tiempo; la demanda sobre el experto del dominio puede generar un cuello de botella en vez de una ayuda.

 

La metodología ágil acelera el desarrollo de la producción y de las mejoras en los procesos. Ayuda a que los colaboradores más valiosos se comprometan; de la consolidación de sus conexiones y experiencia, la empresa obtiene un rédito en el largo plazo. Sin embargo, la empresa debe recordar que un equipo ágil se vincula con la red mas amplia de colaboración. Al integrarlo, los líderes deben tener en cuenta que el talento, dentro y fuera de los equipos, es un activo. Deben evitar los riesgos de exprimir hasta agotar el talento, de evitar las disrupciones potenciales, y asegurar el logro más rápido y mejor de los objetivos.

 

https://hbr.org/2021/03/for-an-agile-transformation-choose-the-right-people


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